25.10.08

Hay un lugar donde podrás ver
la vida moverse, espléndida.
Es tu turno: te invito a sentarte
Jugando
y dejándote guiar
de la mano del presente.
Nada te será ajeno,
tu niño interior
lo reconoce y festeja.
Y aunque le toque a otro,
es tu tiempo
son tus ventanas
es tu corazón.


Solo lamento no ser un niño para poder
creer en mis sueños (Fernando Pessoa)

Que estos poemas te acerquen
a los niños que conocí a través de la ventana.
Que las palabras puedan mostrarlos como son,
únicos, perfectos
y así encuentren su pureza.
Traen amor transparente y nuevo
Y si nos reencontráramos con el niños que fuimos,
con sus ganas…
Se curaría el mundo.

Mundo viejo
Ya están hechas las casas,
las arcadas, los colores
y marcado el sentido de las agujas del reloj.
El futuro tiene mapas con divisiones
y compromisos de agenda.
Todo parece nacer cada día y sin embargo nada.
El mundo está cansado de sus vueltas,
de hospitales y rutas,
de velocidad.
Quiere jubilar sus playas, las islas
y rematar los glaciares
para pasar tranquilo sus últimos días.
Está harto de tanta corriente idéntica,
eh intentos en vano para llenar vacíos.
La última vez que intentó renunciar, el informe decía:
“No son las montañas ni los valles,
la nieve o el polvo, son los hombre.
El mundo parece estar gastado de tantos hombres parecidos”.

Entonces nacés vos.


ASI SON ELLOS

Ana de tres letras
Ana de tres letras,
apenas suave viento mediodía.
Ojos interiores
bailan la ternura que llega
y me reencuentra en una antigua fragilidad.
Trenzas raíces del árbol florido
dedos ramas,
todos los pájaros te buscan para cantar.

Duende escurridizo (Julián)

Salís corriendo
batís las alas de tus pies,
duende escurridizo.
Sabés que hay que llegar
Lejos, esperar y esconderse.
Me contás las novedades
y en vos todas las noticias son bosque.

Corazón de circo (Gabi)

Dibujabas un circo y a mi entrando en él,
sorpresas equilibristas.
Ojalá puedas descubrir que tu corazón es viento,
sonidos,
una liebre que no deja de saltar y preguntarse.
Quiero que sepas que hoy y siempre voy a recordar
tus pensamientos palomas
de galeras y narices coloradas.

Parpadeos (Iván)

La alegría parpadea, incansable,
salta charcos
salpicando frescura y cosquillas.
Ojalá, cuando crezcas,
te encuentres en algún rincón
escondiéndote del olvido
y consigas mirarte
como te veo ahora.

De estreno (Maia)

Con esa letra estrenada,
color de arco iris,
leí en el pizarrón,
en la arena mojada
antes que llegue la ola
sobre una tela,
tus flores escritas
en el papel rosa
sonriendo desde la ventana
que despedía
tu primer diente.

Pecas (Tomás)

Una peca para el asombro,
otra para pensar,
tus ojos de agua y cuatro sonrisas.
Y con el primer gesto,
anticipándolo todo,
se leen historias
que dibuja tu cara.



Hormiguita viajera (Julieta)
Única,
alrededor de ese mundo,
y girando una danza,
bailarina sin muchas piruetas,
Dibujás importantes tesoros.
viajas sobre los números del momento,
esperando al tren
o al avión de la alegría.

Director de orquestas (Ezequiel)

Director de la orquesta
¿De donde brotan tus ríos de luz?
A veces te veo zumbar y repartir miel.
Bonsái único,
tus hojas traslucen el universo.






Nube (Juli)
Suena el timbre y compartimos
secretos de palabras,
ideas de papeles y tijeras.
Traés la niñez resumida,
se te escapa por los costados.
Nube que crea sus incesantes formas
y deja oír su risa cascabel.

De un día para otro (Martín)

¿Porqué mi hermana no está suelta?
¿duerme en la panza de mamá?
Tengo urgencia de juegos, corridas y dibujos
y ella que no sale…
¿Por qué no se nace de un día para otro?




Merlín (Sebastían)
Hay un duende esperando al mago Merlín.
Lo busca en los rincones de los libros,
pregunta por él llamándolo
Su antigua memoria de bosque
se refleja en su mirada
decidida a encontrarlo.
Mientras,
sigue andando mágico, gigante.


Cachorro (Rafael)

Con el ovillo de lana
tejés paisaje nuevos.
Husmeás el aire
ensayando saltos,
pasos cachorros,
amigos,
y todos juntos
corren por entre los hilos del sol.

Cazador de mariposas
Busco la belleza que vuela y se transforma.
Con la red de tules violetas y naranjas
voy hacia el reflejo, el aliento,
el pétalo y su sangre, el sudor
de la naturaleza.
Cazador de mariposas,
quiero poner en el microscopio
la inocencia de los niños
pasajera que desciende demasiado temprano.



MOMENTOS

Un mar de chicos
Camino y encuentro una manito
la tomo y la suelto.
Otra,
se asoman más flores.
Nadie lo ve: de cada mano,
se desprende una nota musical.
Su sonido es el que le falta al mundo.

En el escenario
Coros de entusiasmo
hacen marchar la música en trencito,
Una nota atrás de la otra,
y en rondas giran la gracia
despareja y genuina.
Todo lo blanco rueda
desde el escenario hacia nosotros.

La hora del té (Karen)
Nos encontramos todas las tardes a tomarlo
como dos señoras grandes.
Apenas me arrimo
te contás en mil historias.
escucho el mundo desde tus ojos
y lo que me olvidé aparece cuando reís.
Así es cada tarde con la niña que fui
y se sienta enfrente mío.

El té curalotodo
Los veo venir desde mi ventana.
algunos llegan y otros se ponen en puntas de pie
y me piden un te.
En dos vasitos de plástico,
si, dos, que tantas veces me preguntaron porqué
y mientras dejaba que el saquito destiñera el agua
esperaban a mi lado.
En ese tiempo personal
de azúcar blanca,
adivinando cantidades,
mareándolas.
Los tés en unas y otras manos
temblando y rebalsando,
curan los pequeños dolores.
“Había una vez la leyenda del emperador
Que vio caer de un árbol las hojas del té
Sobre un bol de agua caliente
Y sintió un enorme bienestar
Cuando bebió de esa agua”
Entonces los despedía en la puerta del aula
con el vaso en la mano
haciendo equilibrio.
Los veía entrar sintiendo
que no hay mejor té que un mimo.
Los coleccionistas
Sentados de a cuatro, las sillas bajitas,
el mundo a construido a su altura.
Detrás de la puerta: una película en mudo.
separan, cuentan, se olvidan y vuelven
a empezar.
A ritmo propio numeran tornillos,
papeles, tapitas, llaves,
imágenes que suben y bajar.
Entro, la música suena desde el rincón
los lápices pintan bailando.
El pizarrón tararea la consigna,
ellos ponen a los números ya cansados
a tomar sol.
Y así, hasta los pájaros y mariposas
de la mañana que ya terminaron la escuela
tienen ganas de entrar.

Un mar de chicos II
Otra vez manos y flores
que contagiaron a otras.
Palma con palma hablan,
se dicen de todo en un acercamiento
cara a cara, dedos puentes,
correos de saludos
y tiernas cortesías
con sombrero y pañuelos
de puntilla.


EL MUNDO QUE DUELE

La muerte de un niño
Él tenía la impronta de la música,
se ha ido y al día siguiente vuelve a salir el sol.
La orquesta de la vida
nuevamente se ubica
en el calendario que le toca.
Todo como si nada.
no modifica ni uno de sus pasos,
vacía las plazas,
y pone los semáforos en verde.
El propio vacío no encuentra
espacio en el cielo.
En la tierra no se ven los pájaros
como él.

Niño escombros
Es rescatado
entre escombros de hombres.
La anatomía del horror
despedazada en la tierra.
Ha perdido todo.
Un recuerdo borroso de manos repartidas,
pies sin fuerzas de huellas,
corazones mudos.
Apenas unas horas,
la ignorancia es el atentado más explosivo
hacia todos los lados,
se incrusta en lanzas
en edificios cercanos
y cortezas de árboles.
Hasta el silencio cae.
Campanea la conciencia:
nada será como antes.
La vida es ese único niño
entre los escombros.

Guerra de colores
Una diferencia despierta temprano
entre tu color y el de ellos.
La tierra bosteza fértil a tu paso
querés sembrar,
pero no siempre tus semillas
son recibidas.
Antes de soltarse al suelo,
hay manos que las toman
y las cambian.
Te empezás a decolorar.
Todavía no lo sabes
pero la guerra del hombre contra el hombre,
nace en aquellos que perdieron sus colores.


Diferencias
- ¡Hoy me hiciste dos cosas en el día!-
Rugiste con las garras afuera.
Miraste a tu compañero y sentenciaste:
- ¡Mañana no te voy a convidar chocolate!

Al día siguiente corrían juntos.

Después vinieron miles de soldados
agrupados, ocultándose, rodeando.
Cargados de ira,
sudando venganza.
Nadie se acuerda de los juegos
y todos los chocolates
que un quedan por compartir.


Por falta de explicaciones
Es justo tu reclamo.
Vos no querías nacer para esto
y yo,
con esta forma aparentemente grande,
no puedo detenerlo.
Frente a vos,
después que la violencia
se derrumbó sobre tus ojos
y el miedo se tiró del piso más alto
quiero explicarte el mundo
donde los hombres construyen
y derraman
lo intento pero no…

Mundo
Tradición de errores,
malos entendidos,
diferencias inventadas.
Pobre mundo,
no sabe que hacer con nosotros.

Cazador de mariposas II
Nada calma los días
los diarios pintan verdades al agua,
el cielo llora una amenaza
que lo estrangula
todos ignoran la estación de su mañana.
Pasajeros de la incertidumbre,
del capricho de los mapas
Buscan el sentido por atajos.
Yo,
con la red de tules
insisto la inocencia.


LA NIÑEZ

Ellos y nosotros
Me rindo a su risa
al correr de su alegría,
al dibujo de sus sueños,
a su mirar sincero,
a su solidaridad inmediata,
al entusiasmo vivo,
a su asombro preparado listo ya.
En cambio nuestras caretas,
la seriedad modelada,
la viudez de recreos,
la ausencia de manos hacia el otro.
El camino transitado
hasta olvidar
lo que queríamos.
¿Y si cientos de puentes?
Miles de aperturas para desplegar
una obra por donde el presente
pueda volver
a sus manos manantial.


Cuando aparece la miseria
Si todo empieza a desvanecerse,
Que a ellos los mantengan
los besos de colores.
Que les guarden en el bolsillo
mimos a mano
horas juego.
Que la alegría no cambie de carril.


Esos otros niños

Parecen grandes
pero se esconden entre árboles
llevan sombreros y cubren las canas
que pinta el tiempo.
Pasos de historia,
manos memoriosas
dibujan rayuelas detrás de las hojas serias.
Terminaron los deberes
pero con la vocación del sol
practican el amanecer.
Faroles,
páginas de leyendas,
en ellos,
todo huele a niños.

Mundo viejo
Ya están hechas las casas,
las arcadas, los colores
y marcado el sentido de las agujas del reloj.
El futuro tiene mapas con divisiones
y compromisos de agenda.
Todo parece nacer cada día y sin embargo nada.
El mundo está cansado de sus vueltas,
de hospitales y rutas,
de velocidad.
Quiere jubilar sus playas, las islas
y rematar los glaciares
para pasar tranquilo sus últimos días.
Está harto de tanta corriente idéntica,
eh intentos en vano para llenar vacíos.
La última vez que intentó renunciar, el informe decía:
“No son las montañas ni los valles,
la nieve o el polvo, son los hombre.
El mundo parece estar gastado de tantos hombres parecidos”.

Entonces nacés vos.